Tratar la arquitectura como información que puede ser copiada y pegada en otro documento, fue una lección bien aprendida por Romero de su sensei Koolhaas. Lo fácil de aplicar “copy-paste” y “scale” en un edificio y pasar de una casa a una ópera se puede ver reflejado en el nuevo icónico museo de la ciudad.
Echémosle un ojo a la historia de la Casa da Música en Oporto (2005) de Rem Koolhaas que surgió a partir del concepto de la casa Y2K (1998) en Rotterdam por el mismo Koolhaas, proyectos en los que Fernando Romero participó como gerente de proyecto y al mismo tiempo veamos la Casa Suro de Romero. Cualquier parecido entre una y otra no es coincidencia, la Casa da Música es la casa Y2K simplemente cambian tres cosas, el tamaño, el lugar y el programa. La idea de Koolhaas es no desperdiciar conceptos y reutilizarlos en otras obras haciendo alguno que otro ajuste.
Maqueta de la Casa Y2K Maquetas de la Casa de Musica
Revisando algunos de los llamativos proyectos de Fernando Romero, encontramos “Beijing Hyperbolic Landmark” un edificio ubicado en China que formaría parte de la plaza donde están ubicado El Nido de Beijing y el Cubo de Agua. La singular forma de este edificio me hace pensar acerca del Soumaya.
El hecho de que el edificio en Beijing haya sido diseñado con una rampa en espiral en el perímetro del edificio y que la fachada sea de un material innovador (LEDS) y no visto antes en ningún edificio es una prueba de que Romero aplicó las lecciones aprendidas de Koolhaas e hizo un “Copy-Paste-Scale” del edificio. Una vez más, solo cambian tres cosas en el reciclaje de este edificio: El tamaño, el lugar y el programa.
Corte esquematico del “Beijing Hyperbolic Landmark” Corte esquematico del Museo Soumaya.
Hoy en día la sostenibilidad es la nueva moda en la arquitectura, y para variar, Fernando Romero, no se podía quedar atrás, simplemente la idea de reciclaje es un poco diferida a la que todos tenemos. El Museo Soumaya solo es sostenible en el reciclaje de su concepto, el hecho que desde el interior no puedas ver un rayo de luz más que en el último piso, nos habla un poco de lo “importante” que fue un diseño sostenible para este proyecto. Esto sin mencionar que el último piso consta de una estructura enorme para cumplir el capricho de que fuera una planta libre sin columnas para que los “Rodin” y los “Dalís” de Slim se pudieran apreciar sin estorbos arquitectónicos.
Sin más por decir del Soumaya hasta el día de mañana 28/03/2011 (que será inaugurado para el público en general), los dejó con un “copy-paste-scale” que me avente.
2 comentarios:
Hay una gran diferencia entre ser critico y criticóN; y a los arquitectos sin mucha experiencia nos encanta hablar mal de todo básicamente porque no lo hicimos nosotros. Deberíamos de disfrutar un poco mas las virtudes de los demás, y darnos cuenta que un edificio como el museo Soumaya, es algo que no se logra tan fácilmente y aporta para bien o para mal (de acuerdo con tu nota) algo a la arquitectura contemporánea. Aflojemos un poco la pose de arquitectos bauhaus y disfrutemos mas de las cosas.
Un profesor me dijo una vez "si vas a copiar, copiale al mejor", chance le dio clases a Romero.
Saludos
El museo me da la impresión que fue un edificio que se quedó a medio camino en todos los sentidos... por el lado de la plástica solo es una intención en la forma exterior que no se compromete en nada con los espacios interiores, y por el lado de la museografía tampoco aporta nada relevante si es que de eso se trataba... en un plano más personal digo lo mismo que en otro artículo que leí al respecto del mismo museo: "Money can't buy taste" porque tanto del Cliente como del Arquitecto se podía exigir mucho más compromiso con la calidad del edificio terminado.
Saludos
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